miércoles, 29 de septiembre de 2010

A NICE PHOTOGRAPHER





Encontré la web de Haley Jane Samuelson de casualidad buscando fotografías en Google. Me enamoré de una de sus fotos y le escribí. No fue un mensaje normal, quiero decir que no me limité a preguntarle por el precio de sus obras, sino que le dije por qué me gustaba tanto esa foto y también le hablé de fotografía y literatura. Le cité incluso un libro que me estaba leyendo.
Ella respondió ese mismo día: ¡estaba leyendo el mismo libro que yo! Teníamos, por su respuesta, un código común. Su obra es muy cara, me dijo que si no podía permitírmelo podríamos hacer un apaño, una copia más pequeña, quizá.
Respondí al cabo de dos días: sí, el precio se alejaba muchísimo de mi presupuesto y qué pena que no estuviéramos en el Chelsea Hotel y pudiera pagarle esa foto con un poema o un dibujo. Pero como esto es el mundo real, era ella la que debía decirme por cuánto podría dejarme la foto realmente.
Ella volvió a responder ayer: que no me preocupara por eso, que lo solucionaríamos de algún modo.
Y estoy a la espera. No sé si finalmente conseguiré esa foto, pero Haley Jane Samuelson, además de una fotógrafa interesante, me parece una bella persona.

Su obra, según ella:
"My own work is largely concerned with the meaning and existence of the self in today’s unstable, fragmented world, specifically how the individual is able to reconcile the external and internal forces that cause us to function in different, often contradictory, roles. Performative in essence, frequently employing role play and adopting multiple or different personas, my work not only reconstructs and documents other’s lives, but regularly becomes an intense examination of my own. The photographs in my latest body of work are an exploration of my own private experience with love and intimacy. Derived from what began as collaboration with my romantic partner, Michael, the work is an embodiment of my own subconscious forces at work, mixed with real events.
More specifically, the work chronicles the obsessive nature of our romantic relationship, and its overwhelming effect on my life, visually attempting to eliminate the distinction between dreams and reality, reason and madness, and objectivity and subjectivity by merging everyday occurrences with psychological aberrations. Fragmented, the events it depicts are not literal but figurative illustrations of a unique psychological state resulting from the self-reflexive nature of our relationship and the psychological breakdown between oppositional forces that comes with love; the internal and external, the self and the other, presence and absence and lucidity and blindness."

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