1.
No sé si después de tanto cine comercial palomitero de acción trepidante y gags hilarantes en algunos casos (la saga Piratas del Caribe, la de Spiderman, Kung Fu Panda, ...) debido a la compañía de algún que otro niño estos días no tengo la mente entrenada para esas películas de autor, alternativas, independientes, ¿europeas? con las que suelo disfrutar, pero Nothing Personal me resultó lenta y trillada en cuanto a clichés de película de este tipo, y con una directora que parecía decidido a hacer de Lotte Verbeek (su personaje, por cierto, me cayó rematadamente mal) su musa, por los constantes primeros planos a los que la somete. Primeros planos que comparten hortalizas, langostas y bodegones entre otros. En contra de la crítica, y aunque salga Stephen Rea, a quien adoro, no pensé que la película mereciera mucho la pena. O quizá es que estoy harta de gente rara.
2.
London River sería mejor novela que película (como Atonement --Expiación--). Sotigui Kouyaté tiene una figura, porte y sobriedad impecables, pero no sé si es el doblaje, tampoco me ha parecido el súmmum de la interpretación. Ahí está Brenda Blethyn, una actriz impresionante, que no le va a la zaga. Quizá es que los dos están extraordinarios realmente; quizá soy demasiado crítica; quizá la gente, por el hecho de tratarse de un actor desconocido, cree que su interpretación es sublime. Como el caso de Carey Mulligan, a quien de repente se ensalzó por An Education y ya la catalogaron como la nueva Audrey Hepburn.
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