martes, 26 de octubre de 2010

MEET MRS SHARON JONES




Durante la universidad, tuve la suerte de trabajar los fines de semana en el Harlem Jazz Club, local emblemático de la música en directo de Barcelona. Gracias a ello, conocí al dedillo el circuito musical barcelonés, sus locales y a muchos de los músicos que lo integraban. Mi local favorito era La Boîte. Quizá fuera el nombre, que me retrotraía a la Gauche Divine de los 60, como si yo pudiera participar también de algo tan especial; el caso es que guardo muy buen recuerdo de mis momentos ahí, recuerdos de conciertos mágicos en los que coqueteabas cual groupie con los músicos y te reías con tus amigas en los lavabos, donde te asegurabas de estar guapa para volver a salir al ruedo y bailar y hacer tonterías con ellas.
Como los conciertos me salían gratis porque siempre había algún músico al que conocía del Harlem que dejaba mi nombre en la puerta, esos años me empapé de música, que es algo sin lo que no puedo vivir. Y tuve la suerte de que, en 2001, algunos de esos músicos con los que coincidía en el trabajo tuvieran que tocar con una aquí desconocida Sharon Jones. Recuerdo el impacto que me causó la fuerza y el arte de esta mujer. La misma fuerza y arte que hoy, nueve años después, y acompañada Jones por su banda habitual, he reconocido en el escenario del Apolo.
Al menos una vez en la vida, todos deberíamos asistir a un concierto de esta clase. Un concierto que sólo te pueden ofrecer gente como ella, como Solomon Burke (a quien Jones ha homenajeado cantando Everybody Needs Somebody To Love), que también estuvo en el Apolo el verano pasado y que murió hace apenas quince días. En estos conciertos, en los que me descubro sonriendo todo el rato y bailando sin poder quitar ojo a los monstruos que llenan el escenario, es cuando me doy cuenta de la suerte que tenemos de contar con la música.

Impagables han sido, hoy, el viaje en el tiempo hacia 1965 a través de los diferentes bailes de la época (Jones cantaba: "Next stop on this train... The Mashed Potato", y entonces hacía los pasos de baile) y la explicación del porqué ella baila como baila ("It's in my genes, it's in my bones, it's in my ancestors", decía, y contaba y enseñaba cómo bailaban sus antepasados africanos, sus antepasados indios norteamericanos, y cómo todo ello había configurado su baile: "First, the feet. Then, the knees. The arms. The neck. The head"). Impagable.

Os dejo con Sharon Jones y Better Things to Do.

No hay comentarios:

Publicar un comentario