Daniel es de esas personas a quienes se debe seguir el hilo, porque es de la gente que aporta, empezando por sus palabras:
"Abrazabas demasiado fuerte.
Abandonaste demasiado pronto.
Mentías cuando no era necesario.
Todo lo que hicimos mal fue jugar al romance adolescente con unos dados que tenían pintadas caras tristes en cada uno de sus lados,
confiar en las bondades del azar de la naturaleza humana
hizo que tuviéramos todas las de perder.
Y ahora al escuchar las canciones que hicieron llorar a nuestros padres es como si te viera otra vez sentada al piano, con tus estropeadas manos tocando sin descanso las melodías que nos vieron crecer y caer antes de tiempo, y las lágrimas que corren por tus pómulos hinchados ríen de pena pensando en los lejanos momentos en los que el verano de nuestro amor fue la única estación desde la que salía el tren para regresar a casa.
Nunca he creído en el destino, pero sé con certeza que el fin de todo esto estaba escrito desde mucho antes de conocernos, y el hecho de saber con seguridad matemática que las cosas van a terminar trágicamente provoca en mí una necesidad irracional de llegar hasta el final, más allá del fuego y del incendio, hasta que ya no queda nada.
Ya no queda nada.
Aunque a veces pienso/deseo que si te hubieras quedado a mi lado
quizá habríamos acabado bailando juntos en el valle de tus antepasados, vestidos con flores y rodeados de un millar de niños.
Habría sido un bonito final,
pero abrazabas demasiado fuerte."
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