domingo, 4 de diciembre de 2011

INVICTUS

"En la noche que me envuelve,
negra como un pozo insondable,
doy gracias al dios que fuere
por mi alma inconquistable.

En las garras de las circunstancias
no he gemido ni llorado.
Ante las puñaladas del azar,
si bien he sangrado, jamás me he plegado.

Más allá de este lugar de ira y llanto
acecha la oscuridad con su horror.
No obstante, la amenaza de los años me halla
y me hallará sin temor.

Ya no importa cuán recto haya ido el camino
ni cuántos castigos lleve a la espalda.
Soy el amo de mi destino.
Soy el capitán de mi alma."

("Out of the nigt that covers me. / Black as the pit from pole to pole. / I thank whatever gods may be / For my unconquerable soul. / In the fell clutch of circumstance / I have not winced nor cried aloud. / Under the bludgeonings of chance / My head is bloody but unbowed. / Beyond this place of wrath and tears / Looms but the horror of the shade. / And yet the menace of the years / Finds, and shall find me unafraid. / It matters not how strait the gate / How charged with punishments the scroll. / I am the master of my fate: / I am the captain of my soul." William Ernest Henley)

John Carlin escribió El factor humano, Clint Eastwood rodó su versión cinematográfica y yo he llorado esta tarde de dvd adentrándome en la historia de ese Nelson Mandela que, en 1995 (¡fue liberado tan sólo en el 1990!, ¿no os parece increíble?), entendió que la construcción de su nación, Sudáfrica, pasaba por ganar el Mundial de Rugby.

Según la película, ¡qué hombre más inteligente!: entender la unión de un país, el orgullo nacional, a través del deporte: "One team, one country". Mandela supo ver en ese campeonato su oportunidad y plataforma: 1000 millones de espectadores, 43 millones de sudafricanos pendientes del resultado. Como dice el (¡gran!) Freeman, que caracteriza al presidente sudafricano: "This country is hungry for greatness".

Y así fue gracias a la fortaleza y generosidad de un hombre que pasó 30 años encerrado en una celda minúscula (y que, al salir, supo perdonar a aquellos que le habían encerrado en ella). Como dice Freeman, de nuevo en el papel de Mandela: "Forgiveness liberates the soul. It removes fear. That is why it's such a powerful weapon". "We have to surprise them with compassion, restrain and generosity."

Como reza el himno nacional sudafricano: "Nkosi sikelel' iAfrika" (Dios bendiga África).

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