Dejaste el vacío
de tu cuerpo desnudo
--junto al que me ovillaba por las mañanas
antes de levantarme--
en mi cama.
El vacío de las risas nocturnas
que callan después de los besos.
El vacío de los besos
que te daba en la espalda
al despertar.
El vacío de no estar aquí conmigo,
siempre,
como antes.
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