Quería encontrarme con Bolaño porque era un personaje que me atraía y del que había oído las mejores críticas, pero fui incapaz de acabar 2666. Me compré el libreto de la versión teatral de Rigola en el Teatre Lliure para, al menos, finalizar la historia aunque fuera en una lectura completamente diferente.
Y de repente, años después, rescato Una novelita lumpen, y quedo enganchada a esa chica italiana que narra su pequeña historia de manera tan sencilla que parece que la oigas contártelo. Es entonces cuando, sin esperarlo, me encuentro por fin con Bolaño y le disfruto como sentía que debía hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario